10/14/2007

Tu nombre


Alguna vez les eh dicho que me encanta pensar? Pues, verán, amo pensar. Estoy seguro de que todos lo hacemos la mayoría del tiempo, pero a mi me resulta muy entretenido y relajante. La otra noche, mientras intentaba dormir, me enfrenté al problema de que no tenía sueño, así que al igual que cuando no tengo nada que hacer, aproveché para pensar. Muchas ideas aparecían en mi mente acerca de en qué pensar y decidí recordar las mejores cosas que me habían pasado en la vida.

Tampoco les eh dicho que mi memoria es fatal, pero no importa, de todas formas yo estaba recordando mientras conciliaba el sueño. Es increíble, pero, pensándolo bien, casi no me han ocurrido cosas que sean de mérito para recordarse. Analicé cada una de aquellas ideas, como cuando nació mi hermanito, la primera vez que salí con una chica, incluso el día que conocí veinticinco chavas de una vez.. jeje.

Pero, de pronto, recordé aquel nombre que me había hecho sentir. Cerré mis ojos, intentando borrarlo de mi mente, pero mientras más lo hacía, más lo recordaba. Era inevitable. Lo que al principio solo era una tenue idea, se convirtió en una intensa cadena de sensaciones que se reflejaban en el latir de mi corazón. Sí, era aquel hermoso nombre de ocho letras el que me había exaltado.

De todas las cosas que pude haber recordado, la mejor cosa que me ha pasado en la vida es conocer a la portadora de ese nombre. En ese momento vi como si todos mis recuerdos de ella estuvieran archivados en varias carpetas. Primero estaban los de su boca, que utilizaba siempre para cantar con su dulce voz, o para revelarme algún secreto de la vida, o para insultarme cuando la hacía enojar, o cuando quería un favor y tenía que hablarme de buena manera, hasta cuando callaba y me decía todo con una sonrisa. Recuerdo su voz.

Después estaban todos los demás recuerdos, como los de su cabello, que de vez en cuando me gustaba oler; también los de sus manos, porque estoy seguro de que en ocasiones se rozaron con las mías, recuerdo su manera de caminar, y su manera de estar triste, incluso recuerdo sus hombros y su cintura. Solo hay algo que no recuerdo muy bien, sus ojos, lo único que recuerdo es que cuando los miraba podía perderme, y que tienen aquella vieja tonalidad marrón melancolía. La recuerdo.

Por último recordé aquella vez cuando me dijo que me quería. Y poco a poco mi recuerdo se fue nublando y la imagen de su rostro junto con él. Por fin descansé...

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