Domingo por la mañana, quizás no el mejor momento para empezar una historia, y sin embargo sí para una caliente taza de café. Así que, después de disponer de una buena taza de expresso, me dispuse a formarme en la fila para aquel pago. (Lo sé, es increíble que el domingo sea día "hábil").Personalmente siempre he creído que las nubes son bonitas, el cielo es azul y los momentos preciosos son rápidos. Quizás sea por eso que de vez en cuando me detengo, observo un poco y trato de impregnar mi memoria con esos momentos.
Aunque ésta mañana, tanta gente me abruma un poco y nubla mis pensamientos. Pero cuando me topo con situaciones como...
Un chico y una chica. Ella acercándose a él y tomando su brazo, como si quisiera abrazarlo para siempre. Él, parecía explicar un tema de algo, como tratando de parecer interesante. Es un poco gracioso, y a la vez también nostálgico, pues aunque la escena es muy bonita, su fragilidad hace que piense en la fugacidad de esos momentos.
Cuando lo pienso así, lo único que mas deseo es que en esos momentos, que se transformarán después en recuerdos, se guarde un poco del aroma y de los sonidos que nos rodeen, como hace un momento la hacía esa taza de café.
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