Ella solía dibujar mientras yo escribía. Escribía y escribía cartas para ella. Aunque siempre me quedaba sin entregárselas todas, pues esperaba el día en que tuviera que mostrárselas y mostrarle mi corazón.
Recuerdo que aquellos días realmente eran más coloridos, más llenos de vida y de “momentos hermosos” (como me gusta llamarlos), el aire realmente era más fresco, con un aroma como a ti.Y la Luna, mucho más grande y brillante, iluminando nuestras vidas.
Desearía que solo fuese mi imaginación y que todo siguiera como solía ser…
Todo este tiempo deseé no verte, esperando que la próxima vez que nos encontráramos tuviera ya las palabras correctas.
Al final de todo aprendí algo:
“El dolor que destroza mi corazón con solo pensarlo… es suficiente razón para no alejarme de ti”.
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