4/17/2008
Laura
Se sentaba en la fila de al lado, cuando estábamos en clase, y de vez en cuando solía mirar a mi compañero de adelante. Personalmente, siempre he creído que era una persona ejemplar. No se, supongo que el tiempo se encargó.
El otro día la vi, mientras viajaba en el autobús. Quizás exagero, pero la recuerdo más bonita. Tenía una mirada perdida, como si hubiera olvidado su corazón en casa, y lucía el uniforme de su escuela (una falda de cuadros y una camiseta tipo polo con el logotipo de la escuela), y su cabello rojo, para ocultar esos manchones violetas en la piel de su espalda.
Al parecer no me vio, pues, se miraba distraida. Pero antes de que se sentara, logré ver su maquillaje, que ocultaba bien toda su tristeza. Se sentó justo delante de mi. Me hubiera gustado oler su cabello de nuevo, solo para ve si todavía conservaba su frescura.
No pude evitar sentir todo ese vacío en ella. Sin duda ya casi no quedaba nada de ella, solo sombras y recuerdos. De hecho, estoy seguro que solo yo vi ese par de lágrimas que descansaban en sus mejillas.
Y me recordó lo mucho que todos hemos sufrido, para llegar hasta aquí. Me hizo recordar el duro camino que andamos a diario, y que algunas personas suelen tropezar más que otras. Que difícil es fingir una sonrisa cuando estás tan cansado.
Así que tomé mi cuaderno y escribí...
4/13/2008
Mi camino ninja

Y, por alguna razón, se me viene mucho a la mente, al pensar en eso, Naruto. Es decir, todo ese royo de mantener tu palabra, sin importar lo que cueste. Nunca olvidaré esas palabras de Hinata cuando dijo algo así como: “no retractaré mis palabras, porque ese es mi camino ninja”.
Pero, ¿qué rayos tienen que ver todas esas cosas juntas? Pues, en mi vida están pasando muchas cosas que no puedo controlar, y sin embargo me preocupa mucho el no poder cumplir las promesas que les he hecho a mis amigos, y lo más importante, a mí mismo. En este momento, estoy frente a mi propia encrucijada de caminos, y tengo que escoger entre tomar el que me lleva a la felicidad y una vida próspera, el que me lleva a una vida llena de significado y éxito o el que me lleva a cumplir todos mis sueños y a hacer lo correcto.
Son tres cosas muy diferentes, y no puedo tomar dos caminos. Tomar la decisión, bueno, eso ya lo hice. Aunque todavía lo sigo pensando, y más el hecho de que no quiero que por mi decisión se afecten esas promesas.
Esta vez no quiero seguir las reglas ni lo establecido, por eso decidí hacer mi propio camino, forjar mi propio destino. Uno en el que yo pueda cumplir mis sueños y ser feliz a la vez, haciendo lo correcto y teniendo una vida llena de significado. Voy a hacer mías las palabras de Hinata.
Así que la próxima vez que alguien me pregunte “¿pero, por qué?”, yo responderé: “porque ese es mi camino ninja”.
Derechos reservados a Danymalo.. jeje
4/12/2008
Sinfonía agridulce
Le encantaba contar las estrellas, y podía pasar incluso noches enteras tan solo para apreciar su belleza. Solía sentarse en la puerta trasera del segundo piso de su casa, a recibir un poco de viento fresco de la noche, y pensar en las pocas cosas buenas que tenía en su vida. Recordar los momentos.
Porque esas son una de las pocas cosas que realmente nos pertenecen, los recuerdos. Son instantes, o momentos, que guardamos en la mente, para revisarlos después. Y pueden servirnos para reflexionar en los errores, o simplemente para “volver” a disfrutarlos.
Daniel podía tomar su cuaderno y escribir mil palabras a partir de una sola idea. Y de vez en cuando lo hacía, para subir algo a su blog. Pero, particularmente ese día estaba confundido; ya saben, un poco frustrado y melancólico a la vez. Era el momento perfecto para una caminata lenta. Ah, pero no podía salir a caminar (política de sus padres). Entonces optó por solo mirar las estrellas.
Creyó escuchar el timbre, no, lo escuchó. Salió a la puerta, y era ella, aquella persona por la que le gusta tanto ver las estrellas. Extrañamente vestida con una blusa verde. Pero al fin y al cabo, era ella y por alguna razón, estaba seguro de que solo podía ser algo bueno. La invitó a ver las estrellas con él, y por supuesto a platicar.
Hablaron de todo, pues tenía un tiempo que no se veían. Le encantaba hacerla reír, y a ella reír por sus tonterías. Ese tipo de personas, son tan difíciles de encontrar, y cuando las encuentras, es un error dejarlas ir. Un “alma gemela”, es esa persona que puede traducir todo eso que dice tu corazón pero que nadie entiende, y a veces ni siquiera tú.
En una sola noche, expulsó los miedos de él, cual guerrera y aliada con un gran corazón. Pero se hacía tarde, y de pronto todo se nubló, aunque con una gran paz. Despertó en la puerta trasera del segundo piso de su casa, con un increíble dolor de espalda, por la posición incómoda en la que durmió, y preguntándose si solo había sido un sueño… un hermoso sueño.
Derechos reservados a Danymalo.
Bajo las estrellas

Pero, esas nubes me hicieron recordar por qué estaba ahí. Me gusta mirar las estrellas, especialmente cuando tengo un problema, o tengo que tomar una decisión. Tienen una extraña habilidad para tranquilizarme y refrescarme de ideas y pensamientos, y de vez en cuando para escribir algunas historias para mi blog.
Estaba pensando en que la mayoría de las personas vamos por la vida ocupadas con nuestras responsabilidades, preocupados por nuestros problemas, y a veces no nos damos un tiempo para detenernos y reflexionar en lo que hemos hecho. Por eso es importante que de vez en cuando salgamos a “mirar las estrellas”.

Nunca me han gustado los cambios drásticos en mi vida, y cada vez que yo soy responsable de uno de esos cambios, me gusta pensar bien antes de hacerlo. Creo que cometí un error al creer que dos personas tan diferentes podían ser felices.
Tomar decisiones es un arte, y aunque personalmente no me gusta practicarlo, si me gusta sentir que controlo mi vida. Por eso procuro tomar las mejores posibles. Después, mientras bajaba por las escaleras, resbalé y tuve una experiencia muy cercana a la muerte. Vi como la historia de mi vida pasó ante mis ojos (por cierto, fue muy aburrida), jeje.
Y se me ocurrió que como ya no había subido nada, pues no era mala idea escribir algo. Derechos reservados a Danymalo.
Una caminata bajo la lluvia...

Lo que si entiendo, es que es un milagro. Es decir, solo véanla, es agua cayendo del mismísimo cielo. Aunque, quizás lo vean desde el punto de vista de que solo es un paso más en el ciclo del agua, pero, para mi es más que eso, es una bendición. Ya que el agua representa vida y purificación.
Así que, caminé mientras pensaba en el milagro que tenía ante mis ojos, empapándome de ideas, y reflexionando en lo hecho. Sí, entonces debe ser por eso que me gusta tanto la lluvia. Sentir todas esas gotas de agua, al mismo tiempo que levanto mi rostro al caminar y ver las nubes, es una sensación que me gusta mucho. Sobre todo con esos zapatos impermeables que tengo (les juro que el agua, una vez adentro, no se sale y no se sale!!).
Imaginaba lo lindo que sería que ella me acompañara en esa caminata. Quizá le diría algo como: “te amo, y aprecio todo lo que haces por mí; como en este momento, pues bien se que a ti no te gusta tanto la lluvia como a mi. Y quisiera aprovechar este momento para agradecerte un par de cosas, como las que me haz enseñado. También por tenerme paciencia, pero sobretodo por enseñarme de manera gradual y lenta, así he podido disfrutarlo poco a poco. Me haces muy feliz…”
La lluvia también nos da una lección, al enseñarnos que, después de un momento aparentemente desagradable, siempre vendrá un arcoiris.
Derechos Reservados a Danymalo.. jeje
Momentos

Perspectivas
Todo sería más fácil, si pudiéramos ponernos en el lugar de otras personas, o cuando menos tratar de ver el lado bueno de las cosas. Pues, la verdad, todos tenemos en nuestras manos esa habilidad de ver en perspectivas. Solo tenemos que decidir utilizarla.
Además, el ver desde otras perspectivas, nos ayuda a comprender algunas situaciones que de primera vista no entendemos, como las decisiones que toman algunas personas (sobretodo si te lastiman). Y por supuesto, para ser felices. Aunque, esto solo se logra cuando logras encontrar el lado positivo de las cosas.
Bueno, pues, los dejo con esta pequeña reflexión positiva, espero que les sirva de algo. Y recuerden, todos los derechos reservados a Danymalo… jeje
En mi habitación de estrellas y secretos
Solo hay algo que me gusta más que aprender y eso es enseñar. Podría pasar horas explicando algo a una persona que realmente desee saberlo. Mis temas para enseñar favoritos, siempre son los relacionados con la felicidad, la vida y por supuesto el animé. (Por cierto, creo que nunca he escrito sobre animé, trabajaré en eso también).
Aunque, últimamente la persona a la que amo, me a costado mucho tiempo, siempre tengo un momento para pensar, y con ese momento también un lugar. En mi caso, ese lugar es mi habitación, y no es que sea algo muy especial, pero me gusta, pues desde ahí se pueden apreciar perfectamente las estrellas.
Son hermosas, y me ayudan a pensar, además si me quedo mirando un rato, casi puedo formar palabras con ellas. Y, cuando cierro los ojos, imagino como sería estar contigo.
“Te extraño mucho, y se que sería algo incómodo, pero me encantaría que estuvieses a mi lado, recostados por primera vez y que me escuches contarte todos los secretos que hay en mi corazón. No haría nada extraño, solo tomaría tu mano y respetaría tu espacio. Me encantaría que estuvieses a mi lado…”
Te lo voy a contar todo...
“Qué difícil debe ser mantener una relación feliz”, pensé. Tal vez la clave sea una buena comunicación; sin temores y sin secretos, ¿cómo sería contarse todo? Debe ser algo así como:
“Quisiera contártelo todo, aunque no todo de una vez, sino cosa por cosa. Quiero que sepas todo de mi, de la misma manera que yo quiero saber todo de ti. Se que hay cosas que no serían tan fáciles de decir como otras, pero cuando no puedas decirlas, entonces cuéntamelas con una mirada, que yo les diré a mis oídos que te escuchen cuando miras”.
Pero eso no fue lo único interesante que vi, mientras platicaba con “aquella persona por la que me gustan los días lluviosos”, había un muchacho sentado cerca de nosotros y noté que volteaba constantemente a verla a ella; nunca creí que fuera eso, pero para mi sorpresa, la estaba dibujando. En ese momento sentí tanta envidia de él, no porque quisiera retratarla, sino por su libertad y por el gran amor que, según parecía, tenía por lo que hace. (Yo podría retratarla, pero con palabras).
En mi caso, yo amo leer y escribir, aprender y enseñar, son las cosas que, en lo personal, me traen más satisfacción. Así que me dije, “quisiera contártelo todo, pero en un papel. Contarte lo mucho que me gusta mirarte y que me mires, o que seas tu la que busque mi mano cuando estamos juntos. Y que, por cierto, me encantan tus manos, aunque algunas veces estén un poco frías, a diferencia de tu espalda que siempre está tibia. Hay tantas cosas, como que cerrar los ojos si funciona, solo que tenías que darme un beso antes, o que odio los 5 minutos que tengo que esperar antes de que salgas de tu casa por las mañanas, y que cada día tengo que inventar palabras nuevas solo para no decir más veces te quiero. Me encantan los momentos contigo, son perfectos…”
Lo único que al principio me daba miedo, era llegar a un punto en el que ya no hubiera nada que decir. Pero estoy seguro que nunca llegará pues siempre habrá algo que decir, y formas nuevas de decir “te amo”. Y ahora que lo pienso bien, “te lo voy a contar todo…”.
Derechos Reservados a Danymalo
La puesta
Sabía que la hora se acercaba. Estaba listo desde hacía unas horas y solo se había recostado en la terraza de se casa, desde donde podía sentir el viento. Y se preguntaba cómo sería ser el viento, siempre libre viajando, hasta donse su imaginación pudiera llevarlo.
Desde niño, a él, le encantaba ver los atardeceres. Le gustaban las tonalidades de amarillo, naranja y rojo que se fundían en una puesta de sol.

Por un momento, había olvidado que ya era hora, así que se dió prisa, y salió corriendo hacia el lugar que habían acordado. Una pequeña banca de un pequeño parke, al cual nadie solía visitar. Era el lugar perfecto, y mientras el caminaba con prisa, alcanzó a verla a lo lejos.
Era aquella persona por la que el adoraba los atardeceres; estaba mirando hacia el atardecer, porque la banca estaba situada de manera que se podía ver perfectamente. Esperaba sentada.
Mientras caminaba, el recordó toda su historia. Recordó que la conoció en un autobús, cuando eran niños, cuando ella le cedió el asiento a él. Y como poco a poco, se hicieron amigos. También los momentos dificiles en los que ella lo había acompañado, pero sobre todo los momentos felizes a su lado. Recordó que hacía dos días, mientras regresaban de la escuela, y él la cubría de la lluvia con su pequeño paraguas ella lo había besado.

Pero no solo eran palabras, era quel viejo juego de palabras bonitas, que no solo son palabras. De pronto, ocurrió un gran silencio, y se miraron el uno al otro, con esas miradas que no solo son miradas, son "te quiero", "te amo" y "quiero estar contigo".
Sus manos se encontraron y de un instante a otro sus labios también. Era como si el tiempo estuviera inmovil, casi como un sueño. El sol, estaba justo en el momento en que se pierde con el horizonte y la luna y las estrellas toman su lugar.
De pronto, despertó en la terraza de su casa, y miró el reloj, se hacía tarde para su cita...
Derechos Reservados a Danymalo.. jeje =)
Vista al pasado
Hace solo dos días él se encontraba sonriendo, pero ahora solo era lágrimas y fragmentos de su corazón. De la nada, una discución dio un giro a la vida de Gabriel. El y su amiga solían caminar juntos todos los días. Ellos se conocían desde que eran niños, asistieron juntos a la escuela e incluso fueron a la misma universidad. Su nombre era Lebi, y juntos compartían algo más que amistad el uno por el otro, mas nunca habían tenido el valor de reconocerlo.
Lebi no sabía como, lo que si sabía era que tenía que decirselo. Así que unos días, mientras el la acompañaba a su casa decidió decirle que lo amaba. El al oirla reaccionó de una manera muy extraña, y tubo miedo de perder esa hermosa amistad que llevaban, así que dijo que no. Lo último que él recurda es su mirada mientras la cargaba en sus brazos. Murió casi instantaneamente cuando el autobús la golpeó.
"Si tan solo..." decía. Pero ahora solo estaba mirando hacía el sol, que estaba a punto de desaparecer. "Esta será la última vez que mire un atardecer, como cuando lo hacía con ella", pensaba. Recordó el momento justo cuando la conoció; tenían 7 años y había unos vecinos nuevos, y él había ayudado por unos cuantos pesos en la mudanza. Y todos esos hermosos momentos que compartieron al ir creciendo. Se sentía "como en las películas", viendo como toda su historia pasaba frente a él.
Su muñeca aún estaba adolorida, por la pequeña insición que se había practicado. Aquella pequeña insición que le daría libertad de ir a donde ella. Ya no sentía miedo, solo tristeza, y un gran vacío. La oscuridad estaba a punto de adueñarse del cielo, y también de su alma. Así que solo cerró los ojos y se entregó a soñar...
La carta de amor
Poco a poco sus palabras fueron describiendo las dulces sensaciones que experimentaba aquel tonto. Sus palabras, como susurros en una noche clara, volaban hacia el cielo hasta confundirse con las estrellas. Cada letra, cada palabra y cada oración eran perfectas, como si hubieran sido hechas solo para esa carta.
Su mano y su pluma se habían convertido en una, y trabajaban ya sin poder detenerse, mientras sus ideas surgían de un corazón enamorado. La chica, ella era perfecta, era “la persona para él”.
Y escribió: “Tus palabras son muchas ya las razones también, y sin embargo, mías son solo dos: te amo.” Escribió como loco pero sus pensamientos eran claros, tan puros como un niño.
Eran demasiados sus sentimientos, que no cabían en una poesía, los versos solo limitarían las palabras del alma. “Todo por un beso”, escribió, “todo por estar contigo”. Aunque ya no importaba su respuesta, era solo la expectativa de decir “te quiero” lo que mantenía con vida a aquella motivación.
Sus ojos cada vez estaban más húmedos, y casi no le permitían ver lo que escribía, pero sabía que si se detenía ahora jamás terminaría esa carta. Las horas pasaron desde que el escribía y de pronto se dio cuenta de que no sabía como terminar. Se asustó porque creyó que todo lo que había escrito no tendría sentido sin un final.
Pero su amor era verdadero, y confió en el así que concluyó con la definición más exacta de felicidad que pudiera existir: “tu nombre”. Por fin una lágrima escapó de sus ojos… terminó.

Con dedicatoria
Ayer, una amiga muy cercana me dijo que su hermano había fallecido. Me contó con detalle el problema que su hermano padecía del corazón, y como poco a poco el fue empeorando hasta el momento de su muerte. Hacía apenas tres días de eso, así que ella estaba inconsolable pues el tan solo era un bebé de escasos cinco meses. Al principio no encontraba palabras para tranquilizarla, pero me hizo recordar sin querer cuando yo también perdí a mi hermanito.
Sí, eran circunstancias diferentes, pero supongo que al final los dos pasamos por un dolor muy similar. Aunque, yace un poco más de dos años.. para ser exacto un triste cinco de noviembre, la mezcla de dolor y cariño, aún se sienten en forma de vacío en mi corazón, un espacio libre y un tanto oscuro esperando a que alguien lo llene, frío pero frágil a la vez.
Solo recuerdo, aquella sonrisa y todos los buenos momentos que pasé junto a él, su pequeña pero cálida presencia que reconfortaba mi ser cuando me sentía cansado; sus ojos, porque eran los ojos más hermosos que eh visto, llenos de esperanza pero sobre todo de mucha bondad. Jamás pudo decir mi nombre, aunque con su mirada lo dijo muchas veces. Me siento tan debil.
Así que, le dije a mi amiga algo como: "Quisiera poder aliviar tus penas, tu dolor, y creeme que nadie te entiende tan bien como yo. Se que al igual que yo, darías lo que fuera por intercambiar lugares con él o por lo menos tener una última oportunidad de despedirte. Pero ambos sabemos que eso no se puede, de la misma manera que no puedo sanar tu herida. Solos somos vencidos facilmente por nuestros demonios, pero si estamos juntos, cuando menos les será más dificil. Por ello, nunca olvides que no estás sola, yo no te dejaré." Algo así.
Después de eso, ella lloró por un rato en mi hombro, hasta que se tranquilizó y me mostró una pequeña sonrisa. Fue corta, pero a sido el mejor "gracias" de mi vida. Y, aunque ella no lo sabía, por un momento olvidé aquel gran vacío que llevo conmigo.
En memoria de mi hermano menor, Oscar Samuel.
Yo la amaba..
Yo la amaba, pero en la oscuridad porque ella no lo sabía. Siempre callé, siempre lo oculté, por temor a arruinar aquella amistad. Yo la amaba, y quizas ella a mi, pero jamás lo sabré. Jamás me atreví, que tonto fui.
Yo la amaba, y de vez en cuando la extraño, como cuando un fantasma quisiera sentir de nuevo. Extraño su forma de pensar y de ver las cosas, aunque siempre con un ligero toque melancólico. Tambien extraño su manera de sonreir, aunque casi siempre sus sonrisas eran cortas, al igual que sus felicidades. Extraño todo de ella, hasta su perfume, que estoy seguro alguna vez olí. La extraño.
Yo la amaba, y juré por nuestra amistad que jamás se lo diría. Prometí olvidarla y me propuse seguir adelante, pero cada vez cadaba un paso, ahí estaba ella. Yo juré en vano.
Yo la amaba, y aun la amo, pero tal vez lo mejor sea olvidarla...