Sabía que la hora se acercaba. Estaba listo desde hacía unas horas y solo se había recostado en la terraza de se casa, desde donde podía sentir el viento. Y se preguntaba cómo sería ser el viento, siempre libre viajando, hasta donse su imaginación pudiera llevarlo.
Desde niño, a él, le encantaba ver los atardeceres. Le gustaban las tonalidades de amarillo, naranja y rojo que se fundían en una puesta de sol.

Por un momento, había olvidado que ya era hora, así que se dió prisa, y salió corriendo hacia el lugar que habían acordado. Una pequeña banca de un pequeño parke, al cual nadie solía visitar. Era el lugar perfecto, y mientras el caminaba con prisa, alcanzó a verla a lo lejos.
Era aquella persona por la que el adoraba los atardeceres; estaba mirando hacia el atardecer, porque la banca estaba situada de manera que se podía ver perfectamente. Esperaba sentada.
Mientras caminaba, el recordó toda su historia. Recordó que la conoció en un autobús, cuando eran niños, cuando ella le cedió el asiento a él. Y como poco a poco, se hicieron amigos. También los momentos dificiles en los que ella lo había acompañado, pero sobre todo los momentos felizes a su lado. Recordó que hacía dos días, mientras regresaban de la escuela, y él la cubría de la lluvia con su pequeño paraguas ella lo había besado.

Pero no solo eran palabras, era quel viejo juego de palabras bonitas, que no solo son palabras. De pronto, ocurrió un gran silencio, y se miraron el uno al otro, con esas miradas que no solo son miradas, son "te quiero", "te amo" y "quiero estar contigo".
Sus manos se encontraron y de un instante a otro sus labios también. Era como si el tiempo estuviera inmovil, casi como un sueño. El sol, estaba justo en el momento en que se pierde con el horizonte y la luna y las estrellas toman su lugar.
De pronto, despertó en la terraza de su casa, y miró el reloj, se hacía tarde para su cita...
Derechos Reservados a Danymalo.. jeje =)
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